martes, 27 de mayo de 2008

Poblamiento del Caribe

SECUENCIAS DE DNA DE RESTOS PREHISTÓRICOSDE CUBA; RECONSTRUCCIÓN DEL POBLAMIENTODEL CARIBELalueza-Fox, C.1, 2; Calafell, F.2; Martínez-Fuentes, A. J.3 yBertranpetit, J.21 Secció Antropología, Dept. Biología Animal, Facultat de Biología,Universitat de Barcelona, Barcelona (España).2 Unitat de Biologia Evolutiva, Facultat de Ciències de la Salut i de la Vida,Universitat Pompeu Fabra, Barcelona (España).3 Museo Antropológico Montané, Facultad de Biología, Universidad de la Habana,La Habana (Cuba).lalueza@bio.ub.esABSTRACT: Samples from three pre-Columbian archaeological sites from Cubabelonging to the Ciboney culture have been analyzed. The ciboneys were aboriginesthat inhabited the Western half of Cuba and became extinct during the XVI century;therefore, their genealogical relationships are subject of controversy. We have retrievedsequences from the HVR1 of the mtDNA from Ciboney samples. Several phylogeneticanalyses point to South America as the most probable point of origin of theCaribbean settlers. Our hypothesis is that there were at least three migrations fromSouth America into the Caribbeanm associated to different archaeological horizonsand corresponding to the ancestors of the Ciboneys, the Tainos and the Caribs.KEYWORDS: Ancient DNA; Caribbean; Ciboneys; mtDNA; migrations.INTRODUCCIÓNEl DNA antiguo no sólo tiene aplicaciones a nivel evolutivo, sino que, dentro denuestra especie, puede ayudar a clarificar aspectos del poblamiento de cada continente,fenómeno que tuvo lugar en las últimas decenas de miles de años. En el caso deAmérica, que fue colonizada por una o varias migraciones sucesivas desde el continenteasiático que introdujeron en el nuevo continente cuatro linajes mitocondrialesmayoritarios (TORRONI et al., 1993), ha habido diversos estudios de DNA antiguorealizados para reconstruir el poblamiento de diversas áreas (LALUEZA-FOX, 1996).Ha contribuido también el hecho de que el contacto con los europeos conllevara la desapariciónde diversos grupos de nativos americanos, con lo cual, el estudio genético delcontinente estaría incompleto si únicamente dispusiéramos de muestras actuales.Para reconstruir el poblamiento del Caribe y descubrir si éste fue poblado desdeNorte, Centro o Sudamérica, se han analizado muestras pre-colombinas pertenecien-323Biologia de Poblaciones Humanas: Diversidad, Tiempo, Espacio.Actas XIII Congreso SEAB. Oviedo, Septiembre 2003.Pags. 323-327tes a indios ciboneyes de tres yacimientos de Cuba. Los taínos, los ciboneyes y loscaribes eran tres grupos étnicos que poblaban el Caribe cuando Colón llegó aAmérica; los taínos eran agriculturalistas que habitaban Cuba, Hispaniola, PuertoRico, y, probablemente, Jamaica y algunas islas menores (ROUSE, 1986; VELOZMAGGIOLO, 1991), mientras que los caribes eran cazadores-recolectores que habitabanlas denominadas Antillas Menores. Los ciboneyes eran grupos de cazadoresrecolectores que habitaban el extremo oeste de Cuba y hablaban un lenguaje de afinidadesinciertas. Tainos y caribes compartían, en cambio, lenguas arawak, clasificadasdentro de la familia Equatorial-Tucanoan, con claras afinidades con Sudamérica(ROUSE, 1992). Todos estos grupos resultaron extinguidos muy pronto después delcontacto europeo, diezmados por los conquistadores y por las nuevas enfermedadesque éstos trajeron consigo. Entre los arqueólogos, existen visiones contradictoriassobre el poblamiento del Caribe (figura 1); para algunos, el poblamiento habría tenidolugar desde Norteamérica; para otros, desde Centroamérica (concretamente, desdeYucatán), y para la mayoría, desde Sudamérica (desde una zona cercana a la desembocaduradel río Orinoco) (ROUSE, 1986).Para intentar contribuir a la solución de este debate, hemos analizado mediantelas técnicas de DNA antiguo restos pertenecientes a la cultura ciboney de Cuba; esteestudio complementa el realizado en restos de taínos de República Dominicana(LALUEZA-FOX et al., 2001).MATERIAL Y MÉTODOSSe seleccionaron 47 muestras esqueléticas pertenecientes a tres yacimientos deciboneyes de Cuba. Las muestras correspondían a segmentos de diáfisis de huesoslargos y de dientes que se hallaban externamente bien conservados, y que proveníande tres yacimientos diferentes: cueva Perico (N = 37, con una datación por C14 de1.990 ±50 años antes del presente), Mogote la Cueva (N = 3, con una datación de1.620 años antes del presente) y Canimar (N = 7, con una datación de 4.700 ± 70 añosantes del presente). Los restos ciboneyes se conservan en el Museo AntropológicoMontané de la Universidad de la Habana, Cuba.La extracción de DNA se llevó a cabo siguiendo una metodología detallada enLALUEZA-FOX et al. (2001 y 2003); las muestras fueron descalcificadas conEDTA, sujetas a lisis con proteinasa K y SDS, extraídas con fenol-cloroformo y desalinazadasy concentradas con Centricones-30. A partir de los extractos, se realizaronamplificaciones de la región de control del DNA mitocondrial mediante cuatropares de cebadores superpuestos (L16055-H16142, L16131-H16218, L16209-H16356, y L16347-H16410). Los productos de PCR fueron visualizados en geles deagarosa de bajo punto de fusión; las bandas visualizadas fueron cortadas del gel ysometidas a una segunda amplificación de 15 ciclos de PCR. Los productos resultantesfueron purificados mediante columnas QIAGEN y secuenciadas directamenteen un secuenciador automático ABI 377. Los productos de PCR con heteroplasmiasfueron clonadas en bacterias para observar la posible herterogeneidad en las secuenciasy estimar la tasa de incorporaciones erróneas de los nucleótidos, atribuibles a laBiología de Poblaciones Humanas: Diversidad, tiempo, espacio324degradación del DNA antiguo y a los errores de la Taq DNA polimerasa (COOPER& POINAR, 2000).La extracción de DNA se llevó a cabo en un laboratorio de la UniversidadPompeu Fabra dedicado exclusivamente a DNA antiguo, con presión de aire positiva,y empleando las medidas estándares de control, como luces UV, limpiezade superficies con ácidos, máscaras faciales, trajes de aislamiento, guantes estériles,puntas con filtros, esterilización de reactivos, etc. Siguiendo los criteriosde autenticidad propuestos a nivel internacional (COOPER & POINAR, 2000),una muestra fue enviada al Ancient Biomolecules Centre de Oxford, para ser replicadade forma independiente; la secuencia obtenida fue la misma en Barcelona y enOxford.Con las secuencias obtenidas, se realizaron diversos análisis filogenéticos, comoel cálculo de diversidad nucleotídica, de diversidad de secuencias y de promedio dediferencias pareadas. Para disponer de un marco filogeográfico de comparación, seincluyeron en el análisis todas las muestras disponibles de poblaciones Centro ySudamericanas modernas previamente publicadas. Para intentar resolver las afinidadesgenéticas de los ciboneyes a un nivel más profundo, se llevó a cabo un networkde secuencias del haplogrupo C (el más abundante en el Caribe); para esto, se incluyeron24 poblaciones ameríndias, que incluían a 229 individuos.Los resultados muestran que la mayoría de las secuencias corresponden a los linajesameríndios C y D, que tienen claras afinidades con Sudamérica (haplogrupo C, 9secuencias, haplogrupo D, 5 secuencias). Unicamente hay una secuencia del linaje A,que podría corresponder a contactos genéticos con Centroamérica. Los linajes mitocondrialesameríndios muestran una cierta estructuración geográfica, básicamentelatitudinal, a lo largo del continente americano (LALUEZA-FOX, 1996; LORENZ &SMITH, 1997); mientras que el haplogrupo más frecuente en Mesoamérica es el A,en Sudamérica es el C y D. Esto podría indicar ya que, con mayor probabilidad, laspoblaciones caribeñas se formaron a partir de una extracción poblacional sudamericana.Las secuencias recuperadas presentan posiciones diagnósticas de cada haplogrupo:T en 16,290 y A en 16,319 para el haplogrupo A; C en 16,298 y T en 16,327 parael haplogrupo C, y C en 16,325 y C en 16,362 para el haplogrupo D (TORRONI etal., 1993; MERRIWETHER & FERRELL, 1996). Dos secuencias de ciboneyes seencontraron también en muestras de taínos de República Dominicana previamenteanalizadas ([T]16,223, [C]16,325, [C]16,362 y [T]16,223, [C]16,298, [C]16,325,[T]16,327) (LALUEZA-FOX et al., 2001). La única secuencia del haplogrupo Aencontrada ([T]16,111, [A]16,129, [T]16,223, [T]16,290, [A]16,319, [C]16,362)pertenece al subhaplogrupo A2, y se ha descrito principalmente en poblaciones deNorteamérica, como los Bella-Coola, los Nuu-Chah-Nulth, los Haida y losCheyenne-Arapaho; sin embargo, también se ha descrito de forma muy minoritariaen dos Pehuenches de Chile. No puede descartarse, pues, que hubiera contactos conMeso o Norteamérica, si bien en vista de los resultados debieron ser claramenteminoritarios.Los parámetros de diversidad de los tainos y ciboneyes (tabla 2) muestran quetenían una baja diversidad genética respecto de la mayoría de las poblaciones ame-Lalueza-Fox, C. et al.325ríndias, lo cual puede ser evidencia de un efecto fundador en el origen de las poblacionescaribeñas. La ausencia del haplogrupo B puede ser un efecto del bajo efectivomuestral, o deberse al hecho de que el poblamiento del Caribe se originara haceunos 7000 años, antes de la llegada y dispersión de este haplogrupo a Sudamérica.El network de secuencias del haplogrupo C (figura 2) muestra una típica estructurade estrella que corresponde a una expansión poblacional; existe una ciertaestructura geográfica en las secuencias mitocondriales en América; por ejemplo, hayuna serie de secuencias que sólo se encuentran en Norteamérica, y algunas son prácticamenteexclusivas de Centroamérica. Claramente, las secuencias caribeñas tiendena agruparse con otras secuencias solo descritas en Sudamérica. Por ejemplo, dossecuencias de tainos (descritas en LALUEZA-FOX et al., 2001) ([C]16,126,[C]16,298, [C]16,325, [T]16,327 y [C]16,298, [C]16,325, [T]16,327, [G]16,254,[C]16,362) se relacionan con una secuencia amazónica ([C]16,298, [C]16,325,[T]16,327) y con una secuencia Yanomami ([C]16,298, [C]16,325, [T]16,327,[G]16,254); otra secuencia de taíno ([C]16,189, [C]16,298, [C]16,325, [T]16,327,[C]16,362) está conectada al nodo central por otra ([C]16,189, [C]16,298, [C]16,325,[T]16,327), hasta ahora solo encontrada en los mapuches (Chile).El rastro genético de los taínos y ciboneyes indica que el Caribe debió poblarsemayoritariamente desde Sudamérica, en forma de una migración que fue progresandopor la cadena de islas de las Antillas (LALUEZA-FOX et al., 2001, 2003). Lasactuales corrientes marinas siguen favoreciendo actualmente la navegación de surestea noroeste a lo largo del Caribe. La gran distancia existente entre Cuba y Floriday Cuba y Yucatán, así como la existencia de corrientes contrarias, sin duda impidierono limitaron seriamente los contactos en sentido contrario. Lo más probable es quegrupos aborígenes cercanos al área del río Orinoco emprendieran una o varias migracionessiguiendo el arco de las Antillas Menores, saltando de isla en isla. Los diferenteshorizontes arqueológicos podrían corresponder a diferentes migraciones, delas cuales los ciboneyes serían descendientes de la primera, originada hace cerca de7000 años y asociada quizás a la cultura denominada ostoiroide (VELOZ MAGGIOLO,1991; ROUSE, 1992). Genéticamente, los ciboneyes y los posteriores taínosparecen ser indistinguibles, por lo cual, puede hipotetizarse que ambas migracionesse originaron a partir de las mismas áreas continentales y que ambas poblaciones semezclaron entre sí; aunque no hemos podido estudiar restos de caribes, es lógico queesta última migración (los caribes estaban progresando a lo largo de las Antillas a lallegada de los conquistadores) se originara también en Sudamérica.Agradecimientos: Esta investigación ha sido financiada por la Dirección Generalde Investigación Científica y Técnica de España (proyecto PB-98-1064). Queremosagradecer a las instituciones cubanas su apoyo en la realización de este proyecto, y aAlan Cooper y Tom Gilbert (Ancient Biomolecules Centre, Oxford), su ayuda en lareplicación de algunos resultados.Biología de Poblaciones Humanas: Diversidad, tiempo, espacio326REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASCOOPER, A.; POINAR, H. N. (2000): Ancient DNA: Do it right or not at all.Science, 289: 1139.LALUEZA-FOX, C. (1996): Mitochondrial DNA haplogroups in four tribes fromTierra del Fuego-Patagonia: inferences about the peopling of the Americas.Hum. Biol., 68: 855-871.LALUEZA-FOX, C.; LUNA-CALDERÓN, F.; CALAFELL, F.; MORERA, B.;BERTRANPETIT, J. (2001): MtDNA from extinct Tainos and the peopling ofthe Caribbean. Ann. Hum. Genet., 65: 137-151.LALUEZA-FOX, C.; GILBERT, M. T. P.; MARTINEZ-FUENTES, A. J.; CALAFELL,F.; BERTRANPETIT, J. (2003). MtDNA from pre-Columbian Ciboneysfrom Cuba and the colonization of the Caribbean. Am. J. Phys. Anthropol.,121 (2): 97-108.LORENZ, J. G.; SMITH, D. G. (1997): Distribution of the sequence variations inthe mtDNA control region of Native North Americans. Hum. Biol., 69: 749-776.MERRIWETHER, D. A.; FERRELL, R. E. (1996): The four founding lineagehypothesis for the New World: A critical reevaluation. Mol. Phylogenet. Evol.,5: 241-246.ROUSE, I. (1986): Migrations in Prehistory. Yale University Press (New Haven).ROUSE, I. (1992): The Tainos. Yale University Press (New Haven).TORRONI, A.; SCHURR, T. G.; CABELL, M. F.; BROWN, M. D.; NEEL, J. V.;LARSEN, M.; SMITH, D. G.; VULLO, C. M.; WALLACE, D. C. (1993): AsianAffinities and Continental Radiation of the Four Founding Native AmericanmtDNAs. Am. J. Hum. Genet., 53: 563-590.VELOZ MAGGIOLO, M. (1991): Panorama Histórico del Caribe Precolombino.Banco Central de la República Dominicana (Santo Domingo).Lalueza-Fox, C. et al.327Biología de Poblaciones Humanas: Diversidad, tiempo, espacio328Tabla 1. Secuencias mitocondriales de los Ciboneyes y sus atribuciones a loshaplogrupos ameríndios. Las posiciones se indican respecto a la secuencia de* Corresponde a una muestra independientemente replicada en Oxford (fragmento L16,209-H16,356).Lalueza-Fox, C. et al.329Tabla 2. Parámetros de diversidad en diversas poblaciones ameríndias. n, tamañomuestral; k, número de secuencias diferentes; D, diversidad de secuencias;pw, diferencias “mean pairwise”; π, diversidad nucleotídicaBiología de Poblaciones Humanas: Diversidad, tiempo, espacio330Figura 1. Rutas migratorias hipotéticas en la colonización del Caribe, con los yacimientos estudiadosA) Movimientos desde Norteamérica, B) Movimientos desde Centroamérica, y C) Movimientosdesde Sudamérica. Los números indican los yacimientos incluídos en este estudio y enLALUEZA-FOX et al., (2001): 1) Cueva Perico, 2) Mogote 3) Canímar y 4) La Caleta.Figura 2. Network de los linajes del haplogrupo C en el continente americano, incluyendo 24poblaciones y 229 individuos. Los círculos son proporcionales al número de secuencias (75individuos en el nodo central). Los círculos grises corresponden a seuencias de Ciboneyes; loscírculos rallados a las secuencias de taínos. La línea discontínua engloba secuencias que seencuentran únicamente en Norteamérica. Las flechas señalan secuencias caribeñas que se hallanen linajes descritos únicamente en Sudamérica.

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